...Vine a conocer, mucho después de haber pasado mi última encarnación como Cauí, que, en la medida del tiempo empleada por los hombres y mujeres de las razas llamadas Blanca y Negra y sus mezclas, que acabaron por ocupar el territorio de mis ancestros, lo que ellos llaman “el presente”, o “la actualidad”, se denomina “el año 2010 de la Era Cristiana”.
Generalmente ellos tienen hijos entre los primeros veinte a cuarenta años de sus ciclos de manifestación en el plano físico, por tanto se puede decir que cada veinticinco años surge una nueva generación de encarnados sobre la piel del planeta. Cada siglo, o ciclo de 100 años, conviven cuatro generaciones. En el año 2010 se encuentran en la primera década del siglo 21 y del Tercer Milenio de la Era Cristiana, o de la época que debería ser regida por el modelo marcado por el Maestro Cristo, aunque , en realidad, está regida por el predominio global de lo que ellos llaman Raza y Cultura Blanca.
En realidad, tal raza y cultura no existe, es una entelequia racista y elitista de muy baja vibración, un pensamiento separatista, exclusivista, productor de guerras y conflictos… solo ciertos humanos con deficiencias en la pigmentación de la piel son blancos, los llamados “albinos”, la Humanidad actual toda es un enorme mestizaje de cinco razas y culturas predominantes diferentes, las cuales, a su vez, son otro mestizaje de varias genéticas de retardatarios extra-terrestres, con predominio de tres o cuatro de ellas.
“Retardatarios” son espíritus que permanecieron en una frecuencia vibratoria inferior, como consecuencia de una mentalidad egoísta y estancada, cuando sus planetas originales ascendieron a una frecuencia evolutiva mayor, por tanto, les resultó imposible acompañar la ascensión de sus co-planetarios más evolucionados y se quedaron sin planeta en el que seguir encarnando. Esto acontece en muchísimos orbes primarios cada vez que muda un ciclo cósmico.
La Inteligencia Colectiva que rige este universo y que cuida de todos sus seres, decidió entonces convertir un satélite en un planeta, para dar cobijo a estos exiliados de mundos diferentes. Los Ingenieros Galácticos trasladaron al satélite, desde una enorme distancia sideral, hasta el sector del espacio tridimensional que los actuales terrestres de superficie llaman Sistema Solar, donde un alto espíritu, un Regente o Logos Planetario, también se había quedado sin orbe por causa de una explosión producida por la demencia de la mayoría de retardatarios que lo habitaban.
En el lugar sólo orbitaba entonces un cinturón de asteroides disformes, todo el Sistema Solar estaba desequilibrado por aquella explosión suicida, que también había acabado con civilizaciones enteras en los planetas próximos. Imperaba el desequilibrio general… los Ingenieros Galácticos comenzaron a corregirlo, situando en el lugar adecuado aquel satélite, el Logos sin casa lo habitó y así lo animó como planeta.
Había nacido lo que mis ancestros de la Tribu de los Cazadores de Venados llamaban Goia, y los ancestros de los Blancos llamaban Gaia, la Tierra.
A partir de entonces, los espíritus de los Retardatarios pudieron seguir reencarnando en ella, tanto los que antiguamente habitaban el satélite, como los procedentes del planeta explosionado, como otros degradados menos violentos que fueron traídos por un alto espíritu de compasión, llamado Sananda en su mundo original, para que se mezclasen con los anteriores, a fin de atemperar un poco su ferocidad. Con el paso del tiempo, otros exiliados planetarios y algunos invasores siderales llegaron y poblaron otras partes del planeta, a las que las navegaciones fueron interconectando hasta producirse el mestizaje actual, en el que no existen más razas o culturas originales, aunque aún se pueda distinguir un amplio abanico de distintas coloraciones de piel.
En verdad, las únicas diferencias verdaderamente significativas entre los terráqueos de este fin de ciclo son las que registran una mayor o menor frecuencia de energía-consciencia… aquellas civilizaciones que consiguieron alcanzar una frecuencia general mayor, salieron de su dimensión más densa, la superficie llamada física, o corteza terrestre o Biosfera, o bien pasaron a habitar el interior del planeta o las dimensiones sobre-superficie más sutiles, como ésta en la que se encuentra ahora mi consciencia sin cuerpo, que podríamos llamar la Noosfera, y desde la que les escribo por intermedio de un canal, un artista literario al que inspiro, quien, ténganlo siempre en cuenta, les traduce mi mensaje con el lenguaje, imágenes, metáforas artísticas y comprensión intelectual a la medida de su propio condicionamiento cultural y grado espiritual de evolución.
…Por tanto, regresando al comienzo de esta comunicación, transcurrieron 20 siglos y diez años y unas 800 generaciones en el Planeta Tierra, desde que encarnó, en un cuerpo de la mal llamada Raza Blanca, el altísimo espíritu cósmico Sananda, al que ellos acabaron dando el nombre de Jesús Cristo.
Esa luminosa entidad había asumido la misión de transformar, con su ejemplo, su palabra y sus acciones, la primitiva mentalidad general imperante entre los Retardatarios reunidos en la Tierra, basada en el predominio del guerrero o bandido más fuerte, astuto, violento e inescrupuloso, apoyado en el predominio de un grupo de afines que alegaba qualquier vacío pretexto o ideología para sentirse superiores a los demás… en otra que percibiese que todos los seres humanos son hermanos, porque fueron emanados del mismo Padre-Madre Cósmico como unidades de percepción y vivencia Suyas en Sus diferentes planos de manifestación…y que no puede existir otro progreso real, sino el que se deriva de ayudarse a crecer juntos integralmente, apoyándose todos los miembros de la Humanidad Universal con el espíritu amoroso, cooperante y solidario con que se apoyan los miembros de una familia nuclear para hacer posible su supervivencia.
Ochocientas generaciones tuvieron que pasar antes de que, al menos el sentido, sino la práctica, de las enseñanzas de Sananda-Jesús Cristo pudiese prender en la mentalidad de los terráqueos de superficie, lo que al fin se logró al extenderse las tecnologías de comunicación global. Otros maestros diferentes habían tratado de transmutar en lo posible la negatividad primitiva de los distintos pueblos y culturas, y sus mediocres o fanáticos sucesores habían convertido posteriormente sus mensajes evolutivos en armas mortales para luchar contra “los infieles”, o sea, las culturas extranjeras o extraoficiales y cuantos pensaban diferente o no estaban dispuestos a seguir su dirección…
…Pero, al extenderse la red de comunicación global, los espíritus más evolucionados de cada región pudieron comprender que, formas aparte, la esencia del mensaje de todos los maestros era la misma, la Fraternidad de toda la Humanidad Cósmica, todo es Uno y la misma cosa, consciencia en distintos grados de frecuencia, vehiculada en distintos cuerpos en distintas dimensiones, todo interactúa con todo y lo que liga y une todo es la energía más poderosa y positiva del Universo, llamada Amor, por tanto lo que hagas a los demás y a la naturaleza te lo estás haciendo a ti, toda la negatividad que generamos acaba regresando a uno mismo triplicada, nadie puede salvarse solo, pues sólo existe un Ser-Consciencia Única, Padre-Madre de todo, El cual, al mismo tiempo, se divide en infinitos Hijos e Hijas, y que no se puede re- completar y pasar a un ciclo superior de Su vivencia eterna, hasta que la más ínfima de las partes que emanó de Sí en cada una de Sus manifestaciones, la más oscura, demente y perdida, no regresa a su centro con un grado mayor de consciencia, etc…
…Exactamente los mismos conocimientos elementales con que éramos educados de niños por nuestras madres y padres, con otras palabras y metáforas, en el lenguaje de mi antigua Tribu de los Cazadores de Venados, y en todas las tribus y naciones que durante aquella vida conocí, ya fueran Goiases, Xavantes, Aimorés, Sisiphos, Bororos,Tupís, Guaraníes o cualquiera de las variadas ramas de la raza original de mi continente.
Tras mi ascensión, comprobé que ese conocimiento básico del sentido de la Vida era común a los seres mínimamente conscientes que habitaban las múltiples Moradas del Ser Unimúltiple en la multiplicidad de dimensiones de Su Mente Cósmica. Sólo que una cosa es la teoría y otra ponerla en práctica, y esa es la diferencia fundamental entre las entidades que viven en la Luz y la Armonía y las que sufren y hacen sufrir en la oscuridad de la ignorancia, porque saber y no practicar es puro conocimiento, y no sabiduría, y el conocimiento sin sabiduría sólo sirve para generar infelicidad, complicación vana, desarmonía y autodestrucción.
También me enteré que en la larga historia de las razas de antiguos Retardatarios que habían sido concentrados en la Tierra para darles más una oportunidad para entenderse en la cooperación, la comprensión y el amor, y aumentar sus frecuencias energéticas para poder ascender al grado de armonía y consciencia que les correspondía, y por el que no paraban de clamar sus espíritus, el poder de las Fuerzas de la Sombra que dominaban a la mayoría desde dentro era tan grande y tan destructivo, que en un par de ocasiones estuvieron a punto de llevar al planeta a su aniquilación.
La última vez, el grado de negatividad había llegado a ser tan general, deprimente y sin esperanza, lo cual, además, la había dejado sin defensas contra las tormentas solares, que la Fraternidad Cósmica, formada en buena parte, por espíritus de todas las razas humanas del Universo que, como yo actualmente, ya habían ascensionado a niveles mayores, se estaba planteando evacuar a los poquísimos terráqueos que aún conservaban una mínima luz y resignarse a dejar que el Experimento Tierra abortase, el planeta se desintegrase y todos sus espíritus oscuros desencarnasen y pasasen a ser sufridores desesperados del Bajo Astral.
En aquel tiempo, un altísimo espíritu de compasión y sabiduría llamado Sanat Kumara era el Logos o Regente del planeta llamado antiguamente por los humanos de superficie Ishtar y ahora Venus, él pidió personalmente al Gran Padre-Madre de este Universo que le permitiese intervenir en la Tierra para tratar de salvarla, ya que su colega, el Regente de La Tierra, volvía a sentirse acorralado…y el Amor de los Amores lo autorizó. Sanat dejó Venus en la amorosa regencia de su contraparte femenina durante milenios y se concentró en crear toda serie de circunstancias facilitadoras para avivar los rescoldos de luz que aún sobrevivían en aquella oscuridad espantosa en la que se había sumido Gaia.
Fue una tarea durísima que durante incontables generaciones parecía no poder dar fruto alguno, pero Sanat Kumara tenía la fe, la paciencia y la tenacidad eterna de un Super-Logos.
Mientras las grandes civilizaciones envilecidas de los antiguos tiempos se corrompieron, se derrumbaron o se hundieron bajo las olas del mar, con los escasos supervivientes y hasta con cazadores, pastores y pescadores de tribus primitivas, Sanat acabó consiguiendo crear una Orden de Iniciadores, la Orden de Melquisedek, cuyos misioneros, al mismo tiempo en que instruían a las tribus en las artes de la agricultura, la metalurgia, la construcción de embarcaciones y casas, la culinaria y la sanación, sembraron las bases éticas de muchos pueblos en los distintos continentes, junto con la comunicación con los Espíritus Guías que eran ellos mismos en las dimensiones más elevadas de su Ser o Maestros Ascensionados de la Fraternidad Cósmica, que jamás dejaron de asistir a Sanat y a sus discípulos en su Noble Intento.
Muchos de los iniciados acabaron cayendo en la idolatría y el fanatismo, que son los parásitos que corrompen el Conocimiento Espiritual, convirtiendo a sus Iniciadores en dioses celosos, glotones, codiciosos, represores y hasta cruelmente vengativos y creando religiones y castas de intermediarios entre los supuestos dioses y la gente simple que creía en ellos y se dejaba explotar por los sacerdotes, y hasta de someterse a sus exigencias de sacrificios humanos, en algunos casos de extrema oscuridad dominante, para que las divinidades no dejaran de protegerles.
Nuevas generaciones se fueron sucediendo… en las regiones donde el clima era grato y abundaban la caza, la pesca y las frutas, como en la Chapada de los Cazadores de Venados o en las zonas altas del Laberinto de los Mil Ríos que hoy se llama la Amazonia, la sabiduría de vivir fue implantándose de una manera simple y casi familiar, sin que se necesitaran crear grandes estructuras sociales, porque cada familia conseguía ser autónoma y autosuficiente. En zonas frías o áridas, las tribus necesitadas de grandes obras de regadío, calefacción o defensa, como en el altiplano Occidental de los Hijos del Sol o en los países de los ancestros de los Blancos, las familias y clanes no tuvieron más remedio, para aumentar su mano de obra, que unirse en tribus y federaciones bien organizadas y cada vez más jerarquizadas y clasistas que derivaron en naciones y reinos, y nuevas civilizaciones, y nuevos imperios despóticos, dominados por cúpulas de manipuladores políticos o sacerdotes y violentos conquistadores y esclavizadores.
En el momento en que más duro el despotismo y la esclavitud había llegado a ser en varios imperios de enorme extensión, Sanat Kumara regresó a Venus y su contraparte femenina, María, encarnó en la Tierra como una mujer humilde de una provincia remota y sin importancia de un pueblo conquistado, descendiente directo de los primitivos habitantes del satélite que después se había convertido en Planeta Tierra y que tenía a la Orden de Melquisedek en los mismos orígenes de su propia cultura y espiritualidad terrestre.
Ella dio a luz y protegió la infancia y el desarrollo del cuerpo en el que cumpliría su misión el alto espíritu Sananda, hace 800 generaciones, el cual, usando en nombre de Jesús el Cristo, dejó una imborrable huella de transformación que, desde aquel lugar sin importancia, se extendió al planeta entero y fue mudando su mentalidad durante 800 generaciones mientras se resquebrajaba y derrumbaba el imperio esclavizador en cuyo seno había encarnado…
…Aunque no pudo evitar que, repitiéndose el círculo vicioso, las Fuerzas Oscuras dentro de sus seguidores volviesen a crear una nueva religión en su nombre, que civilizó a reinos de bárbaros guerreros para que aspiraran a reconstruir nuevos imperios violentos los cuales, con el pretexto de extender las enseñanzas amorosas de Jesús Cristo para la salvación de toda la Humanidad,, conquistaran naciones para ponerlas al servicio de sus negras ansias de poder.
Fue uno de esos imperios el que destruyó la tribu en la que tuve mi última encarnación, no mucho tiempo después de que yo dejase de vivir en ella, en la bella Chapada de las mil cascadas y en la Tierra-Goia. Y de ese imperio se derivaron otros más actuales que de nuevo amenazan al planeta todo con un inmenso arsenal de armas de destrucción masiva y con la mayor desnaturalización y contaminación de la naturaleza y de las mentes humanas que jamás existió.
Contemplando esa continua y repetida evolución espiral desde las dimensiones sutiles, mi consciencia dejó de asombrarse de cómo se alternaban eternamente los ciclos de Luz y de oscuridad, lo mismo que se alternaban el día y la noche, y llegué a sentirme tan sereno ante unos como ante otros, sabiendo que eso era el juego de la Gran Ilusión, el Teatro del Mundo… pero nunca dejé de seguir protegiendo y aconsejando a las conciencias de luz, fuese cual fuese su raza, cuya frecuencia vibratoria hiciese que se notara una integración amorosa con la Chapada de Cristal como en la que mi sentimiento consciencial seguía vibrando varios siglos después, y, cuando me enteré de que cambiaba de Oriente a Occidente el Eje de Evolución Espiritual de la Tierra y que la Chapada de los Cazadores de Venados se había convertido en el Vórtice Corazón del planeta, me puse totalmente a las órdenes de los directores del Plan de Sanación y Rescate de Goia-Gaia, altísimos Espíritus Iniciadores de la Fraternidad Cósmica, o Hermandad Blanca, como es llamada por muchos iniciados.
Como ya he contado anteriormente, me dediqué a atraer al Altiplano Central del Brasil a los muchos misioneros que, aunque no sabían que lo eran, habían pedido desde antes de nacer que se les asignaran tareas al servicio de la creación y desarrollo de una nueva Sociedad de Síntesis Multirracial y Multicultural, con elevada base espiritual, en el crisol alquímico de cuarzo que la Chapada del centro del Brasil constituía, para aprovechar al máximo las mudanzas energéticas que acompañaban a la inminente Transición Planetaria desde la llamada Era de Piscis a la Era de Acuarius.
Fue mientras cumplía esa misión, en el año 2010 de la Era Cristiana, el día 30 del mes de Junio, que fui convocado a la más extraordinaria reunión de la Fraternidad Blanca que en el Planeta Tierra se había celebrado, en todos los milenios de su historia.
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